Por Israel Abernethy
Esto es lo que se respira en Madrid: una mascarilla se vuelve negra en menos de 14 horas.
En Madrid no se puede aparcar. El escenario 2 del protocolo anticontaminación que activó ayer el ayuntamiento de la capital prohíbe dejar el vehículo en las plazas del Servicio de Estacionamiento Regulado a los no residentes y limita a 70 km/h la velocidad máxima en la M-30 y en los accesos dentro de la M-40.
¿Por qué se adoptan estas medidas? Porque aunque no se vea a simple vista, el aire de Madrid que respiramos está contaminado. Así lo han querido demostrar desde el colectivo 'En bici por Madrid', que hace unos días compartía la imagen de dos mascarillas, una nueva y otra usada menos de una hora al día durante dos semanas. La utilizada por las calles del centro de la capital está completamente ennegrecida.
“Me parecía una buena forma de hacer visible el problema de la contaminación”, cuenta Ignacio Prieto, el autor de la fotografía. Utiliza la bicicleta para desplazarse por Madrid desde hace 10 años y antes, cuando iba en moto, también llevaba una mascarilla. “Cuando llegué a Madrid comencé a tener alergia al polen y desde que utilizo mascarilla no la he vuelto a padecer”. Relaciona la contaminación con su alergia y otros problemas de salud crónicos, como el asma, y no es el único. Según publicó Sanitas, la mala calidad del aire en las grandes ciudades agudiza la situación de los pacientes alérgicos.
Aunque llevar mascarilla le ha venido bien, Ignacio recalca que se trata de una medida paliativa y no preventiva. “Es lamentable que tengamos que llegar a ese extremo y cuidemos tan poco el aire que respiramos”, denuncia. Explica además que aunque las mascarillas protegen de algunos contaminantes, no lo hacen de todos.
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